lunes, 11 de febrero de 2008

Crítica – “El ocaso de una vida”, de Billy Wilder: DESCARNADA MIRADA DEL HOLLYWOOD DE ANTAÑO (por halbert)

Hacia fines de la década del 20, el pasaje del cine mudo al sonoro significó para muchos un trastorno difícil de superar. En el mundo de los actores se produjo el pánico, ya que temieron que sus voces no fueran adecuadas a los cambios, y todos fueron obligados a pruebas de voz. Muchos de ellos las pasaron; sin embargo, otros, quedaron en el camino. Un filme como "Cantando bajo la lluvia" tiene como tema central esta situación, en clave de comedia musical.
"Sunset Boulevard" (o "El ocaso de una vida" como se la conoció en Argentina, o "El crepúsculo de los dioses" como se tituló en España) centra su atención en Norma Desmond, una diva del cine mudo que no ha superado ese cambio desde que el cine adquirió sonido. Inmersa en un mundo de fantasía en el que aún se cree la estrella de aquellas épocas, los años 50 la encuentran recluida en su mansión de Sunset Boulevard, conviviendo sólo con Max, su mayordomo.
Cuando Joe Gillis, un joven guionista sin éxito, endeudado y huyendo de sus acreedores, se refugia casualmente en la gran casona, terminará como presa de Norma, pues ésta ha escrito el guión que supone su regreso al cine y exige que Joe lo corrija, a cambio de pagarle sus deudas y hacer que se instale con ella.
En la convivencia, Norma y Joe irán acercándose cada vez más, convirtiendo al joven guionista en una especie de gigoló, aceptando carísimos regalos de su jefa, además de gozar de las comodidades de la mansión, con piscina incluida.

A su vez, Joe entabla relación con Betty, una jovencita que trabaja como "lectora" de guiones en los estudios Paramount, y juntos planean escribir un guión con grandes posibilidades de ser filmado. Así, coqueteando con ambas mujeres, Joe generará la chispa que encenderá la tragedia, anunciada al comienzo de la historia, que se desarrolla toda como un gran flashback.
La película admite, al menos, un par lecturas interesantes. Por un lado, realizando una cruda crítica al mundo del cine, cuyo desprecio hacia sus más grandes estrellas queda evidenciado en varias oportunidades: una de las mejores es cuando la diva pretende entrar a los estudios de cine y un joven guardia, que no la conoce, no se lo permite, mientras ella alega que los estudios existen gracias a los éxitos que supo darle. Otro gran momento, casi de auto-parodia, es cuando Norma invita a otros actores a jugar bridge, llamados maliciosamente "figuras de cera", y estos resultan ser viejas glorias del cine mudo como Buster Keaton, Hedda Hopper o H.B. Warner, aquí haciendo de ellos mismos.
Otra lectura es aquella que muestra la relación entre una adinerada mujer madura y un joven con pocos recursos, donde el poder económico por sobre la necesidad es el motor para llevar adelante el ¿romance? Sin embargo, ambos, por diversos y contrapuestos motivos, dependen uno del otro y, entre esa dependencia, la necesidad y la inseguridad, sumados a la irrupción de la joven Betty, crean la situación perfecta para que Joe comience a pensar en un nuevo destino para él, lo que significará su perdición, en más de un sentido.
Si bien William Holden es el protagonista y narrador de la historia, Gloria Swanson como la gran diva del cine ofrece una composición que bordea la caricatura, presentando a una Norma Desmond egocéntrica hasta el hartazgo, rodeada de fotografías y retratos propios que la muestran en su etapa de dorado estrellato. Su actuación es hipnotizante y es el centro de la película. La inolvidable escena final, que la muestra bajando en cámara lenta la enorme escalera, creyendo ella que está en medio del rodaje de un filme que la tiene como gran estrella protagónica (cuando en realidad las cámaras y los focos están allí por otro motivo) es la genial síntesis y desalmado epílogo de este trágico testimonio del lado oscuro y desesperado de Hollywood.
La relación realidad-ficción se da en numerosas situaciones presentadas en el filme. El director al que Norma va a visitar al estudio es el verdadero Cecil B. De Mille (que había dirigido a Gloria Swanson en más de un filme) y en verdad estaba en medio del rodaje de "Sanson y Dalila", tal como se lo muestra en la película. El filme mudo que Joe y Norma ven en el micro-cine de la mansión resulta ser uno verdadero protagonizado por Swanson y dirigido nada menos que por Erich Von Stroheim que aquí hace de Max, el mayordomo.
Billy Wilder, autor de grandes comedias norteamericanas, era un director austríaco que con este filme generó una gran polémica: rodada en el más absoluto de los silencios, la película significó un gran éxito multinominado al Oscar (aunque no ganó demasiados) pero hizo que Louis B. Mayer, jefe de los estudios MGM, lo llenara de insultos por la descarnada crítica hacia el mundo del cine de la época. La respuesta de Wilder fue una breve frase: "Fuck you" (no hace falta traducción, ¿verdad?).
El paso del tiempo, los enormes egos y el desalentado intento de recuperar el apogeo perdido se concentran en la violenta e impresionante mirada del director. "El ocaso de una vida" resulta de imprescindible visión, no solamente para los estudiosos de la Historia del cine, sino para los amantes del séptimo arte, en donde el cine dentro del cine es aquí descripto bajo la mordaz mirada de un emblemático personaje que lo vio todo desde adentro.

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